Rollos en el vestuario

El equipo de investigación de BetiAmapola se ha vuelto a poner manos a la obra. Nos escamaba mucho que un equipo con jugadores de reconocido prestigio en su barrio estuviera cuajando una temporada tan lamentable. Esa extraña situación merecía un estudio, unos minutos de nuestro tiempo para ver qué se cuece en torno al Amapola. Dicho y hecho, nos pusimos manos a la obra e hicimos interesantes descubrimientos.

Lo primero, que la plaga de lesiones que asola a una plantilla tirando a viejuna se debe, única y exclusivamente, a una vida extradeportiva que poco tiene que ver con el comportamiento de un jugador profesional. Jugadores convalecientes en conciertos o cojos bailando a altas horas de la madrugada son sólo algunos de los ejemplos. Pero lo más sorprendente llegó cuando miramos qué hacían estos 'deportistas' de puertas hacia dentro.

Ahí está la clave. Como queda bien claro en la instantánea captada por nuestros reporteros, los jugadores del Amapola se enrrollan entre sí, generando un torrente de celos, lujuria y bajas pasiones que les impide rendir en la cancha.


Huelga decir quién es ese sujeto de pelo rojizo que aparece en la foto: S. E. alias P. Has sido pillado in fraganti, majete. Junto a él, un tipo de cabellera morena y ensortijada que puede generar más dudas, pero, una vez descartado el Kapo, podemos asegurar con un 99% de posibilidad de acierto que se trata de M. A. D. de D. Tus rizos maradonianos te han delatado.

Solucionado el enigma, el porqué de la mala temporada rojilla, esperemos que esta cazada derive, al menos, en un ataque de dignidad y vergüenza torera en el tramo final de temporada. Así que ya sabéis, chavales, 'menos samba y más trabalhar'.