Ya era hora, capullos!!!
Cuando este humilde redactor estaba ya pensando en cómo explicar en unas líneas una nueva derrota del Amapola, que si 'no hay rival pequeño', que si 'el fútbol es asín', van los Reds y sorprenden a uno de los equipos punteros de la categoría, el San Martín, en un gran partido que invita a pensar en un futuro más despejado. Aunque lo mismo se pensaba en pretemporada y después llegaron las decepciones. Paso a paso, por tanto, mas lo del sábado supone un buen punto de partida.
A la octava fue la vencida. Y eso que la puesta en escena no pintaba muy bien. El Amapola, de nuevo con varias bajas, controlaba la posesión del esférico, pero eran los fluorescentes los que, a la contra, generaban peligro. La mejor ocasión, en cualquier caso, fue un disparo al larguero de Gorka, pero fueron los visitantes los que se adelantaron al aprovechar un desajuste defensivo colorado. A partir de ahí, el dominio y las ocasiones fueron amarillas, pero Jonatan equilibró la contienda antes del descanso, estrenando su cuenta goleadora como jugador amapolino en una jugada personal que terminó colándose medio llorando en la portería rival.
Algo debió pasar en el descanso, porque el Amapola, lejos de su caraja habitual en las reanudaciones, saltó al campo centrado y haciendo las cosas bien. Fruto de ello, Gorka propició un penalti que transformó Jon para poner en ventaja a los de Zaramaga. Claro que, fiel a su estilo, los Reds se dejaron empatar en la siguiente jugada y, rizando el rizo, regalaron el balón tras el saque de centro para, en un visto y no visto como los que hace Hristo por la noche, verse de nuevo por debajo en el marcador. 2-3 y vuelta a empezar.
El Amapola parecía de nuevo abocado a su sino de la presente temporada, pero logró rehacerse del mazazo psicológico que supusieron los dos goles sanmartinianos y de nuevo Jonatan, otra vez en jugada personal y otra vez con el balón llorando, devolvió al marcador el equilibrio que presidía el juego. En ese momento se abrió un toma y daca que se podía traducir en cualquier desenlace. En esas andaba el choque cuando, a falta de cinco minutos, llegó la jugada clave del encuentro, un manotazo en la cara de un jugador amarillo a Jonatan que acabó en expulsión. El Amapola aprovechó la superioridad numérica para, en tan sólo quince segundos, cobrar ventaja por mediación de Gorka. Después, el San Martín se desquició, se fue del partido y Jon dejó el choque visto para sentencia con un nuevo tanto. Con portero-jugador en el bando amarillo, Hristo redondeó la primera victoria rojilla desde su propio campo.