TOMA, TOMA y TOMA!!!
Las risas se apagaron. Esta vez no hubo sitio para las chanzas, para las mofas. Nada de caños. Ni taconcitos. Nada de sonrisitas estúpidas y altaneras. Esta vez no hubo show. Será que ni aquellos eran tan buenos ni los otros tan malos. Esta vez hubo fútbol sala. Del bueno. Y un color: el rojo Amapola.
El equipo de
Zaramaga borró el gesto socarrón y prepotente de la cara
aurrerista como mejor sabe. A base de esa casta que le ha convertido en un enemigo difícil de batir y le ha aupado a la zona noble de la clasificación. En un espléndido ejercicio de generosidad y solidaridad en el esfuerzo, el equipo
rojillo (el sábado de azul) logró una importante victoria con sabor a revancha después de la falta de ética deportiva mostrada por el rival en la primera vuelta. En un encuentro vibrante de alternativas en el marcador, los
Reds se aferraron a su defensa para continuar en la extraordinaria línea mostrada en las últimas semanas.
El Amapola comenzó el choque bien plantado en su campo, pero un rechace dio al traste con el buen trabajo defensivo para poner en ventaja al
Aurrera. No se amilanaron los de
Zaramaga, que, aprovechando una extraña defensa zonal del rival, igualaron la contienda gracias a un gol de
Mikel Haginesku a servicio de
Santi.
Hubo más ocasiones
amapolinas, pero dos apariciones de calidad ofensiva del adversario, la segunda en magnífica volea, subieron al electrónico un 3-1 que sembró cierto desconcierto en las filas
rojillas e hizo
sobrevolar por
Abetxuko el fantasma de la primera vuelta.
Pero nada más lejos de la realidad. Dos contragolpes bien culminados por
Apurttu y
Santutxu volvieron a nivelar el marcador. Y otro tanto del pivote eibarrés, a la salida de una falta, propició la remontada antes del descanso (3-4).
En la reanudación, el Amapola se atrincheró en torno a la portería de Casillas y cedió el balón al
Aurrera, que no supo atacar con criterio la ordenada defensa
rojilla. Sin embargo, mediada la segunda mitad se juntaron la lesión de
Borja, que no volvería a salir, y el único fallo del portero
zaramagués en todo el partido, que permitió el empate. En la siguiente jugada, los
aurreristas se pusieron de nuevo por delante.
Fue entonces cuando el Amapola, empujado por
Kike, tiró de casta y fe para comenzar a crear peligro. Tanto que el propio jugador de
Yurre estableció el empate con la puntera. Todo por decidir en otro final eléctrico.
El empate parecía no satisfacer al
Aurrera, que se lanzó a la victoria con portero-jugador. Quizás pecaron de ambiciosos. O de prepotentes, porque creían manejar el balón con tal suficiencia que se olvidaron de que enfrente había un rival que aún no había dicho la última palabra. Así, en una mala ejecución de tal suerte táctica,
Kike robó un balón y batió la portería vacía para imponer en el marcador el placentero 5-6 definitivo.
Después de solventar sin excesivos problemas las últimas acometidas locales, el Amapola pudo degustar el dulce sabor de una ansiada victoria y las risas, que suelen ir por barrios, se establecieron en esta ocasión en el número 50 de la calle Reyes de Navarra, en
Zaramaga.
Lo mejor Una victoria de las que producen un placer especial, casi orgásmico.
Lo peor La lesión de tobillo de Borja, al que le deseamos una pronta recuperación, y la ausencia de celebración nocturna.