Amapola 4-3 Guingangolo

Fe entre alternativas

El Amapola recuperó la senda del triunfo ante el Guingangolo en un partido de alternativas pleno de equilibrio y emoción hasta el final. Tres puntos de oro para los rojillos en su afán por engancharse al pelotón de mitad de la tabla.

El choque comenzó con dominio alterno, con más intensidad de la que es habitual en los duelos entre estos dos equipos, bien plantados ambos en el terreno de juego. El balón se jugaba en ambas aceras, pero fueron los Reds los que se acercaron con mayor peligro a la portería rival, demostrando que también saben atacar si les da por ahí, que les suele dar pocas veces. El Guingangolo, en cualquier caso, volvió a dejar claro que conoce el oficio y se aprovechaba de los errores rojillos para generar apuros sobre la portería de Casillas.

En este escenario fue Hristo quien abrió la lata en un contragolpe, con una asistencia que Iñigo transformó en gol llegando desde atrás. El Amapola había dado primero, circunstancia que se antojaba clave en este encuentro, pero el conjunto amarillo ya había aumentado su peligro con la entrada en la cancha de Toni, su mejor hombre. Pese al buen marcaje que le realizó Pablo Zizou, el pivote del Guingangolo se las apañó para crear un penalti por mano de Santi cuando éste se tiró al suelo en la ayuda. Él mismo se encargó de convertirlo en gol y nivelar de nuevo la contienda.

Pero el Amapola no se vino abajo. Es más, siguió atacando con un criterio que muchas veces se echa de menos y con un equilibrio que le permitió a la vez guardar sus espaldas. Tocando con paciencia, aunque fue una bonita jugada de individual de Iñigo, que se fue entre dos rivales y batió al portero con una certera puntera, la que volvió a poner por delante en el marcador a los de Zaramaga. Con ventaja en el electrónico los rojillos sí se dedicaron más a labores de contención y pudieron aumentar la renta al contragolpe en dos buenas ocasiones de Kike e Iñigo, pero no acertaron y el choque llegó al descanso con 2-1.

En la reanudación cambiaron las tornas y los Reds se replegaron atrás, obligados en cierta medida por el aumento de la presión del Guingangolo, que se erigió en gran dominador del partido, buscando una y otra vez la posición de su incisivo pivote. El Amapola, en cualquier caso, aguantaba bien las acometidas y se permitió el lujo de responder con un par de postes (Pablo e Iñigo) a otro palo que había dado el adversario, pero la lesión de Iñigo pareció hacer mella y descolocar a los colorados. Hasta el punto de que nuevamente Toni empató el partido y poco después cayó el tercero del Guingangolo en una jugada de carambola, en la que el jugador amarillo tiró hasta tres veces sobre la portería de Alvarito, avanzando a medida que recogía sus propios rechaces hasta fusilar a Alvarito ante la pasividad de la zaga. Los jugadores amapolinos pidieron falta por empujón y quizás pudo haberla, pero lo cierto es que la defensa falló más que el árbitro en este lance.

Con algo menos de la mitad del tiempo por jugar, al Amapola le tocaba ir de nuevo a remolque. El gol dejó tocados a los rojillos, que parecían atascados en ataque, pero el paso atrás del Guingangolo, que se conformó con un tanto de renta tras haber hecho lo más difícil, permitió a los Reds achuchar aunque fuera a base de casta, con más corazón que cabeza. En una de éstas, un disparo de Santutxu se coló en la portería en una jugada menos claras que otras que le precedieron. El reencuentro con el gol del Pelirrojito relajó a los Reds, que, a diferencia de otras veces, siguieron presionando en busca de la victoria hasta lograr ponerse de nuevo por delante gracias a otro gol deslizante de Kike, que no se podía ir del partido sin dejar su sello.

Con tres minutos por disputar, el choque había vuelto a cambiar de manos. Y el balón de dueño. El Guingangolo se fue con todo a por el empate, portero-jugador incluido, pero el esfuerzo defensivo rojillo tuvo su premio en forma de tres puntos valiosísimos.

Lo mejor El equilibrio entre defensa y ataque del primer tiempo.

Lo peor Una nueva lesión. Esguince severo de Iñigo, que volverá a perderse algunos partidos.