Amapola 3-1 Pinturas Benito

Bombona de oxígeno

Importantísima victoria la que consiguió el Amapola el sábado en Abetxuko. Medían sus fuerzas los dos últimos clasificados y la balanza cayó del lado rojillo. Se ve que sus jugadores pesan más. Sea como fuere, el triunfo permite a los Reds reengancharse al tren de la permanencia después de varias jornadas descabalgados.

El partido, cosa inaudita, comenzó bajo el mando del Amapola, que marcó el ritmo, llevó el peso del juego e incluso creó ocasiones. Mención especial para el autopase de Haginesku (para los descreídos, sí, llegó). El conjunto de Zaramaga, en cualquier caso, se adelantó a la contra, en un balón robado por Pablo en la línea divisoria y culminada por el propio Zizou con una puntera mágica que se coló por la base del poste.



El gol espoleó al conjunto visitante, que adelantó su presión para comenzar a crear problemas a los rojillos en la salida del balón. El balón cambió de campo, pero el Pinturas Benito tampoco creó ocasiones claras sobre la portería de Alvarito y el peligro llegaba principalmente en tiros lejanos. Los Reds, con algún apuro, aguantaron las acometidas del rival e incluso crearon alguna oportunidad al contragolpe, pero la mejor, en botas de Hristo, se estrelló como un obús en la cara del portero. Caradón.

El descanso pareció serenar los ánimos amapolinos. La presión pinturera siguió acosando la salida del esférico, pero los jugadores rojillos supieron solventar mejor la papeleta que en la primera parte, plantándose más a menudo en el campo contrario. En una de estas, un regate de Iñigo (para los descreídos de nuevo, sí, se fue de su par) acabó con un disparo ajustado al palo inapelable para el guardameta. 2-0 y el encuentro parecía encauzado. Pero Amapola y tranquilidad no son términos que casen bien en lo deportivo.

Así, cuando el partido parecía controlado y parecía a punto de romperse definitivamente, un despiste defensivo permitió al Benito acortar distancias en una buena definición de uno de sus jugadores. Otra vez a sufrir, a reubicarse en la cancha. La presión visitante volvió a aumentar en intensidad y el choque se fracturó, pero el Amapola supo guardar la posición y, además, crear peligro.

En una de esas estiradas, Hristo habilitó a Kike para que éste, a su estilo, resbalando por el suelo, marcara el 3-1. El adversario lo siguió intentando y dispuso de ocasiones para acortar distancias, un larguero incluido, pero también los rojillos pudieron haber aumentado su cuenta si Hristo hubiera acertado alguna de sus múltiples oportunidades. Pero no acertó, ni a portería vacía desde el medio del campo tras aprovechar el portero-jugador rival ni desde dentro del área por adornarse demasiado. Al final, ni uno ni otro dieron con las mallas y el resultado se quedó como estaba para elevar al casillero rojillo tres puntos vitales.

Lo mejor Victoria fundamental. Y van dos seguidas.
Lo peor Sigue faltando puntería, sobre todo en los puntas.