Amapola 2-1 Calasanz

Campanada navideña

Campana sobre campana y sobre campana una. Estamos en Navidad y el Amapola quiso celebrarlo con la campanada de la temporada, la tradicional victoria sobre el líder de la categoría de todos los años. El equipo rojillo protagonizó la sorpresa de la jornada al ganar al Calasanz, que sólo había perdido un partido, en un extraordinario encuentro que le granjeó la cuarta victoria consecutiva. Al César lo que es del César; si cuando juegan andando se les critica por ello, en esta ocasión hay que ponderar el esfuerzo y el partidazo realizado por todos y cada uno de los jugadores que se vistieron la 'Roja' en Judimendi.

Una vez más, el rigor defensivo fue clave ante un equipo físicamente muy superior que en esta ocasión no pudo superar la seriedad amapolina. Ésta duró de principio a fin, hasta el último segundo.

El intenso calentamiento resultó clave

El partido comenzó por los derroteros previstos, con el Amapola agazapado en su campo y el líder llevando la iniciativa del juego, pero la buena defensa rojilla evitó un excesivo peligro sobre la portería de Casillas. El guardameta de Escolapios desbarató algunas ocasiones rojillas, pero nada pudo hacer ante un nuevo certero disparo de Borja, en plena racha. Había que esperar la oportunidad y Apurttu volvió a aparecer cuando más se le necesitaba. 1-0 'al poltsiko' y al descanso con la ilusión por las nubes.

Ésta ni siquiera desapareció cuando el Calasanz empató al poco de la reanudación. El Amapola, en contra de su guión habitual, no se descompuso y siguió tuteando al líder. Defendiendo. Pero también tocando el esférico cuando había ocasión. Así provocó unas tempraneras cinco faltas visitantes que hacían albergar esperanzas. El colegiado, muy discutido, se encargó de equilibrar la balanza rápidamente, pero fue el conjunto de Zaramaga quien sacó partido de tal tesitura. Una jugada de astucia de Hristo Racero provocó la sexta y ahí estaba de nuevo el cañoncito de Eibar para poner a su equipo por delante.

Con mucho partido por delante, el Amapola se encerró en su campo y se defendió con orden y seriedad, de la mano del reaparecido Pablo y el inconmensurable Kike, hasta llegar a maniatar el insistente ataque escolapio. Hubo ocasiones en ambas porterías, aunque sin mucho tino, por lo que el suspense se alargó hasta el final del choque, con su punto álgido a falta de seis segundos.

El trencilla de turno ejerció de Olentzero y regaló una falta al Calasanz cuando la infracción era claramente a favor del Amapola. Doble penalti rodeado de polémica y numerosas protestas. El disparo, afortunadamente, salió repelido por el poste y la escuadra rojilla pudo culminar la hazaña en forma de sufrido triunfo ante el líder. Cuarto consecutivo y a comer el turrón con la tranquilidad de los deberes bien hechos.

Lo mejor Partidazo de los nueve efectivos con que contó ayer el equipo.
Lo peor Los pedos en el banquillo. La directiva estudia multarlos.