
Y éste es Moacir, por si alguien no se acuerda de él.
Y éste es Moacir, por si alguien no se acuerda de él.La de veces que habremos escuchado a nuestras madres aquella sentencia tan manida de 'noches alegres, mañanas tristes'. Pues bien, amigos, era mentira. Seguramente nos lo decían con toda la buena fe del mundo, pero nos estaban engañando. El Amapola se ha encargado de desmontar el mito. Lo hizo con la ansiada segunda victoria de la temporada (¡Ya era hora, joder!!), que llegó justo al día siguiente de la cena de fin de año. Unas horas después, en realidad, de que varios componentes del equipo rojillo ejerciera de serenos (oficio, no estado) apagando el alumbrado de la ciudad con las primeras luces del alba.
Todo empezó en Zaramaga, habitual lugar de encuentro de las reuniones rojillas, donde se empezó a cocer la táctica con las primeras cañas de la tarde. Ya en el centro social, rodeados del mejor pulpo de Vitoria, costilla y lengua en salsa entre otras delicias culinarias, se gestó el triunfo que reengancha a los Reds a la lucha por la permanencia. Para cuando la garrafa de crema de orujo apuró las últimas gotas de tres litros del elixir amapolino ya nadie dudaba de que, si no la victoria, el espectáculo iba a estar asegurado al día siguiente en Agurain.
Ya lo estaba entonces, con las habituales 'Hristoapuestas' (menudo chollo se está perdiendo Bwin), un repaso al amplio anecdotario de Santutxu y los primeros cánticos de exaltación del amapolismo. Los bailes de Haginesku, con especial mención a "Me lleva él o me lo llevo yo pa'que se acabe la vaina", y la curiosa entrada del Pelirrojito al Txo terminaron de adornar una noche que para los más curtidos en estas lides se alargó hasta eso de las siete de la mañana.
Un sueñecito, unos tragos de agua y rumbo a la Llanada, en busca de lo que parecía una hazaña, ganar un partido. Esperaba el Oriamendi. Y también se hizo esperar el inicio real del partido, ya que los primeros quince minutos fueron de un insulso ritmo sin apenas ocasiones que evidenció que la noche había confundido a más de uno en ambos equipos.
Fue el equipo local el que, cerca del descanso, se decidió a desatar las hostilidades. Lo hizo con una fuerte presión en campo rojillo, pero el Amapola tiró de inesperada lucidez para sacar el balón y aprovechó una bonita ejecución de Juantelaar para irse al descanso con mínima ventaja en el marcador.
En la segunda parte se endureció el partido, bronco por momentos, y el dominio correspondió en mayor medida a los aguraindarras, que empataron mediado el período gracias a un potente disparo de fuera del área. No se arrugaron los de Zaramaga, sin embargo, que poco después volvieron a ponerse por delante por mediación del Niño de Yurre, el que más se guardó la noche anterior, que batió al portero local tras una jugada individual.

Quedaba aún mucha tela que cortar. Quedó claro cuando, a falta de unos cinco minutos para el final, el anfitrión volvió a nivelar la contienda. En ese escenario fue el Oriamendi el que se mostró más ambicioso (qué raro) y encerró al Amapola en su área, pero esa agresividad local se tradujo en una quinta falta a 1'30'' del final que a la postre resultaría decisiva. Porque con sólo 37 segundos por disputar llegaría la sexta y nuevamente el Niño de Yurre se encargaría de transformarla en gol de potente doble-penalti.
Tras medio minuto de angustia, con portero-jugador del equipo rival, los Reds se pudieron apuntar por fin la segunda victoria de la temporada, lo que permitirá pasar una Navidad tranquila en el Amapola, sin medidas drásticas que tomar por parte de la directiva.
Lo mejor La victoria no está mal, pero algunos bailes nocturnos no tienen precio.
Lo peor Más de uno ya tiene excusa para ponerse hasta las trancas en las vísperas de partido.
*En las fotos, Giovanni Dos Santos tras la cena de Navidad del Tottenham. Lo que no sabemos es si ganaron al día siguiente.





GUADAÑA Kike e Iñigo pugnan por conseguir el tercero y quedarse el trofeo en propiedad, pero el 'Niño de Yurre' es mucho líder. ¿Y Hristo? ¿YMikel?
1. Iñigo 75
2. Álvaro 64
3. Edu Päin 61
4. Hristo 52
+. Santi 52
6. Juan 49
7. Mikel 47
8. Edu Flo 46
9. Casillas 41
10. Kike 40
11. Pablo 26
12. Borja 24
13. Kapo 19

Así lo hizo desde el principio en Judimendi. Cedió balón y terreno al Aretxabaleta, que no encontraba vías fáciles de entrada hacia la portería de Alvarito. Sólo uno de los pocos errores rojillos propició el primer gol naranja. Apenas se habían cumplido tres minutos de juego, pero los colorados no se descompusieron en ningún momento. Siguieron a lo suyo, defensa ordenada y a esperar sus oportunidades. Y éstas llegaron. Päin Antona no pudo culminar la más clara en un bonito contragolpe, pero el Amapola ya había dejado claro que también podía hacer daño y a la siguiente no perdonó.

PD: Cualquier parecido de la foto con la realidad es pura coincidencia.







Fue entonces cuando el Calasanz pudo gustarse y ampliar el resultado. El triunfo local se puede catalogar de justo, pero se antoja excesivo para los méritos desplegados por uno y otro equipo sobre la cancha. Al final, ni la alineación conjunta de la dupla Hristo-Santutxu, reclamada con insistencia por la afición, pudo rescatar al Amapola.
El mando del partido correspondió en todo momento al Udapa, que puso cerco al área rojilla desde el primer minuto, pero el Amapola, muy ordenado en defensa, le sorprendió en dos zarpazos en los primeros compases del partido. Santi culminó una buena jugada personal de Edu Flórez y Hristo hizo el segundo de potente disparo. Dominio local en la cancha, ventaja visitante en el electrónico.
El conjunto blanquillo, además, sólo generaba peligro real en jugadas a balón parado, principalmente desde el córner. Así acortaron distancias, en un lance desafortunada para los amapolinos, ya que Kike desvió un disparo despistando a Alvarito, al que el balón se le coló entre las piernas.
El partido siguió igual hasta el descanso y tras la reanudación, si bien el Udapa aumentó el ritmo en la segunda mitad y consiguió provocar cierto desorden en la zaga rojilla. Sus ocasiones crecieron en número respecto al primer tiempo y esa labor de desgaste terminó dando sus frutos superado ya el 'ecuador' del período. Un barullo a la altura del punto de penalti fue aprovechado por el pivote blanquillo para ejecutar el empate en un buen disparo a la media vuelta.
El gol descompuso a los Reds durante un tiempo, lo que aprovechó el Udapa para culminar la remontada a falta de tres minutos con un soberbio disparo que se coló por la escuadra de Casillas.
A partir de ahí, el Amapola lo intentó con portero-jugador y tuvo una buena ocasión en botas de Mikel, pero el balón no corrió con la suficiente fluidez como para generar mucho peligro sobre el arco rival. Un balón perdido motivó un tiro lejano que Iñigo desvió con la mano en un gesto instintivo. Segunda amarilla para redondear una matinal aciaga del cierre rojillo.
Con apenas quince segundos por disputar y en inferioridad numérica, el choque parecía finiquitado, pero incluso en esa tesitura tan adversa el Amapola sacó la casta suficiente para crear una gran oportunidad que Santutxu no acertó a materializar en un mano a mano con el portero. Al final, derrota con honores, pero derrota.
Lo mejor La respuesta de la afición un domingo por la mañana.
Lo peor Ya se sabe que el Amapola es de segundas vueltas, pero nos vamos quedando atrás.
El choque comenzó con un dominio territorial de La Parrilla que no se tradujo en ocasiones claras. Sólo un penalti inexistente, de esos que extrañan hasta al conjunto beneficiado, permitió al conjunto de negro abrir el marcador. Que el árbitro llevara la misma camiseta (se cambió de color tras el descanso) fue sólo mera coincidencia. Pero el Amapola no se descompuso, siguió a lo suyo y comenzaron a llegar las ocasiones, desbaratadas en gran parte por la excelente actuación del guardameta rival. Y también por el larguero, que repelió una genial jugada de Haginesku, cañito incluido, que levantó el 'oohhh' de la grada.
Ésta comenzó con una subida de ritmo por parte del conjunto parrillero, que apretó en la presión y dificultó la salida de balón de un Amapola hasta el momento cómodo. La empanada de Santutxu en punta (casi es mejor que salga el día anterior) no hizo sino acrecentar los problemas ofensivos de los rojillos, que, en cualquier caso, mantuvieron su buen tono defensivo e intentaron aprovechar jugadas individuales en ataque.