Amapola 4-6 Atl. Aretxabaleta

Abatidos por agotamiento

La rozó con los dedos de la mano, pero finalmente se escapó. La victoria tuvo un marcado color rojo durante muchos minutos, pero acabó tornándose naranja por agotamiento. Del 4-0 al 4-6. Mientras duraron las fuerzas y hubo rotaciones en el banquillo, el Amapola fue superior al Aretxabaleta, pero éste terminó imponiendo el físico a base de balonazos y goles psicológicos. El conjunto rojillo, pese a todo, no perdió la cara al partido en ningún momento y estuvo cerca de puntuar hasta los últimos segundos.

El primer tiempo deparó un inesperado festival del cuadro amapolino. Comenzó agazapado atrás. A la espera. Y maniató el ataque de un Aretxabaleta que no encontraba los huecos para acercarse a la portería de Casillas. Esto propició que, poco a poco, fueran ellos los que dejaron más espacios, aspecto que aprovechó el Amapola para ponerse por delante. Y de qué manera. Goles de todos los colores para elevar un rotundo 4-0 al electrónico de Judimendi. De tiro lejano, a la contra, a balón parado, de churro... Borja, Kike en dos ocasiones y Kapo redondearon lo que parecía un primer período de ensueño.

Pero las cosas empezaron a torcerse. Primero en el apartado físico. Los maltrechos tobillos de Mikel, que forzó para defender la elástica rojilla, dijeron 'basta' y no pudo ni siquiera acabar la primera mitad. Después en el marcador. El empuje visitante dio frutos con dos tantos, uno al borde del descanso que hizo mucho daño al Amapola.

Como daño le hizo la baja del Kapo en la segunda mitad. El jugador forjado en la cantera del San Viator abandonó el partido en el descanso para ir a jugar uno de Fútbol 7 y dejó la nómina de efectivos amapolinos bajo mínimos. Sólo un cambio, un portero reconvertido a jugador (Alvarito), para hacer frente a lo que se presuponía un vendaval ofensivo del Aretxabaleta. Y, para colmo de males, otro gol dañino, nada más empezar la reanudación. Del 4-0 al 4-3 en un abrir y cerrar de ojos. Y las espadas de nuevo en todo lo alto.

Pero con el hándicap físico, claro, que pronto empezó a pasar factura. El Amapola se dedicó a defender el resultado y buscar los contragolpes, pero el rival hizo añicos la táctica con certeros disparos lejanos. Dos cañonazos y la remontada estaba servida. A remolque casi sin oxígeno.

Pero el Amapola tiró de casta para poner cerco al marco rival hasta los últimos segundos. Un diez para los seis jugadores que quedaron en la cancha, amén de Mikel, que dio sus tobillos por la causa. Desde la tercera juventud de Zizou, lejos de estar en plena decadencia, hasta la progresiva adaptación de Flórez, cada día más entonado; desde la potencia y garra de Apurttu y Kike hasta el desparpajo del 'Cuco' Alvarito, que rozó el gol; y sin olvidar a Casillas. En un derroche físico encomiable, encerraron al adversario y rondaron el empate. Sólo un balón 'despistado' con portero-jugador en los últimos segundos propició el 4-6 final.

El próximo partido medirá al Amapola con el Guingangolo. Será el domingo a la una del mediodía en Abetxuko.

Lo mejor El detalle de Kike, que representó un gesto colectivo, de dedicar el primer gol del partido a Sander, después del delicado momento personal que atravesó el delegado la pasada semana.

Lo peor Por lesiones, por puentes o por 'obligaciones' varias; el caso es que tener catorce fichas y jugar seis es como para hacérselo mirar.